Con menos suerte que Everton, su hermano de colores oro y cielo, Boca Juniors le dijo adiós a la Copa Libertadores 2008. Ni la presencia de Román «Amo y Señor» Riquelme, ni las locuras de Martín Palermo, fueron suficiente para doblegar a Fluminense, en el mítico Maracaná.
Los xeneizes, sí, jugaron mejor, se pusieron en ventaja con gol de Palermo y rentabilizaban el 2-2 de la ida en el estadio de Racing. Mariano Klos y Fernando Niembro vivían un verdadero orgasmo en la transmisión, criticando de pasadita todos los malos cobros arbitrales en contra de los bonaerenses -y, claro, dejando pasar los yerros que les favorecían-. Sin embargo, su localismo y ceguera tuvieron castigo: Washington, Darío Conca -un hombre nacido en River- y el añoso Dodó, hicieron añicos el plan de los actuales monarcas del torneo continental. El Flu está en la final y ahora se medirá ante la sorprendente Liga Deportiva de Quito de Carucha Bieler que eliminó a América de México. Gane quien gane, lo claro es que será su primera vez.